jueves, 7 de febrero de 2013


CAPITULO 4


Me acariciaba, todo el cuerpo quitaba mi ropa a su paso, hacía gestos perturbadores hasta que me dejo completamente desnudo, y recorría todo mi cuerpo con su lengua, “Eres un niño sucio Tomy” me repetía al acercarse a mi rostro, “Vamos ensúciame” y me acariciaba de nuevo, no le importaba que me dolieran los golpes propinados algunas horas antes, “Lléname de tu aroma Tomy” tocaba su entrepierna con descaro mientras mordia su labio "Tomy no sabes cuánto te deseo ¡MIERDA!" se acercó a mi me tomo por la nuca comenzándome a besar ansioso, yo no podia evitar llorar y sollosar, estaba completamente aterrado y él excitado, quería huir de ahí y largarme lejos, que la tierra me tragara de una vez por todas, desaparecer de entre sus asquerosas y exploradoras manos que acariciaban todas y cada una de las partes de mi cuerpo "¿PORQUÉ NO PUEDES ENTENDERLO?" Rozaba su cuerpo contra el mío que yacía desnudo sobre su cama, mientras el se desnudaba con desesperación "¡Venga! Yo se que tambien me deseas Tomy, tocame -jadeaba- acariciame, devorame Tomy dime que te la meta hasta el fondo vamos" al sacarse la ropa comenzo a masturbarse frente a mi, me limite a cerrar los ojos con fuerza. Respirar se me dificultaba a causa de eso comenze a hipar, las lagrimas recorrian una a una mis mejillas "TOM ENSUCIAME AAAH HMM" lamio mis labios gimiendo contra ellos aun sacudiendo su miembro de arriba a abajo con fuerza, su aliento entre cortado chocaba contra mi rostro y lo único que yo hacía era permanecer con los ojos cerrados con la fuerza suficiente que me permitían estos.

En ese momento pude salir de la prisión en que se habían convertido sus brazos y me precipite a bajar de la cama para poder correr hasta la puerta, acto seguido Jörg supo detenerme empujándome me pego a la fría pared, di un paso atrás por inercia, chocando de espalda con él, sintiendo la muy notable erección que cargaba consigo, intente alejarme pero él lo impidió, me tomo de la cintura y me pego aun mas a él, rozándome repetidas veces, acerco sus labios a mi cuello, y lo beso, lo mordía levemente de vez en cuando de un momento a otro aumentó mi llanto, ya no podía respirar y fue en ese momento que intente distraer mi mente engañarme a mí mismo, imaginando que estaba en otro lugar ausentándome un momento, pero sentí que me penetraba con fuerza haciéndome apretar los puños con mucha fuerza sin tener que apretar con ellas, mordí su mano por el dolor provocado por su bestialidad, me embestía sin compasión sin importarle el dolor que yo sentía, y mientras mordía su mano con más fuerza el aumentaba el ritmo de las envestidas como para desquitarse, apreté aun mas su piel del agarre y sentí reventar su esta entre mis dientes, de pronto broto sangre de su mano a borbotones y hasta entonces lo solté, el salió de mi automáticamente, me derrumbé en el suelo con un dolor insoportable en el culo la cadera y la espalda entera, me dejé caer al suelo.

— ¡Ooogh hijo de puta! ya veras, espero que con esto aprendas. Sabes que eres una persona sucia, estas manchado, ya no tienes importancia, las personas no te querrán porque eres gay, porque tu papá te ha follado, hueles a porquería y eso es lo que eres —Con una mano apretaba la otra con fuerza, intentando detener la sangre que esta emanaba—, eres una mierda y no vales la pena —Yo lo miraba desde el suelo, con los ojos llenos de lagrimas y con un dolor inaguantable, no sabía definir que me dolía más, si sus palabras, los golpes o lo que el mismo había hecho—. Deberías estar muerto, eso sería lo mejor para todos. Si le dices algo a tu madre no te creerá, porque ella no te quiere, estas aquí por error, solo queríamos a Bill, tú no vales nada para nosotros —Salió de la habitación, con la mano bañada en sangre empujando la puerta con uno de sus pies—. 
 
Me levante muy despacio, intentando no lastimarme más, no dejaba de llorar, caminé despacio por el pasillo con las manos en la cadera, me dolía… pero quería limpiarme, dejar de sentirme sucio, camine hasta la  ducha y abrí la regadera, entre en ella, y tome la esponja para restregarla en mi cuerpo con mucha fuerza, estaba bajo el agua, mi piel se tornaba roja por la fuerza empleada al hacerlo, yo la rozaba con la esponja hasta que me ardía, repetía para mi “no estoy sucio, estaré limpio como siempre”.  

— Aaah —Gritaba agudamente por la desesperación— estoy limpio ahh muy limpio —Aun gritaba— no estoy sucio —Rozaba rápidamente la esponja en mi piel— Aaaah me odio.

Salí de la ducha, me cubrí con una toalla, y anduve caminando lentamente con las manos en la cadera. Entre a mi habitación y me puse ropa limpia con la escasa velocidad que me permitía el cuerpo.

 — Jörg abrió la puerta de mi habitación escaneándome con la mirada— Hey princesita olvidaste tu ropa —La arrojo sobre mi cama seguido de un obsceno gesto y dio un portazo—

— Aaaaaaaah —La tome con fuerza y la arroje al cesto de basura que yacía en mi habitación, golpeándola con fuerza—.

Me recosté en mi cama y me cubrí hasta la cabeza, dormí profundamente hasta el día siguiente. No entiendo cómo es que me permitía dormir después de todo lo que había sucedido, y de saber que el permanecía en casa, quizá fuera el cansancio.

Soñaba que huía de alguien, corría sin parar, y a pesar de que sabía que era un sueño estaba aterrado, no podía despertar,  de pronto escuche una voz a lo lejos, “Tooomyyy Tooomyyy” volteaba a todos lados sin conseguir ver a nadie, seguía corriendo por un frio y abundante bosque, con un resbaladizo suelo por las hojas húmedas que ahí había, estaba descalzo, y mi ropa estaba sucia, rota y llena de sangre, me derrumbe debido a un torpe movimiento en el suelo aun buscando a quien me llamaba sin obtener resultados, estaba agotado, me recosté entre las raíces de un árbol, parpadee un par de veces lentamente, como intentando no quedar dormido y al abrirlos de nuevo… Me habían atrapado.
Di un salto sobre la cama, seguido de un dolor agudo desde la nuca hasta donde la espalda pierde su dulce nombre.

— Tranquilo cielo fue una pesadilla —Mi madre me tomo entre sus brazos y yo me queje un poco—

— Espera —me alejé de ella recostándome de nueva cuenta—

— ¿Aun te sientes mal? ¿Te duele mucho? —Acaricio mi rostro—

— Si, duele… —Dije entre quejidos y aleje su mano—

— Bien, hoy los  nuevos amigos de Bill vendrán por él. El aun tiene que ir a la escuela, cuando vuelva los dejare en casa con su padre. Por cierto, no lo mencione, ya aceptaron que tu padre trabaje en casa, este proyecto no es tan demandante, así que estará más tiempo aquí con ustedes —Mi padre era un arquitecto nunca me puse a preguntar mucho sobre eso, así que no tenía ni la menor idea de que podría hacer ahí. La mire y trague saliva. ¡Bravo! Lo que me faltaba, que el enfermo de mi “padre” pudiera pasar más tiempo conmigo, aplausos para la mejor madre del mundo— 

— Quiero dormir —Tape mi cabeza con las sabanas, ella suspiró pesadamente y salió de la habitación en seguida—

—Tomy ¿No iras a la escuela? —Bill entro a la habitación—

— No, aun duele —seguí con el rostro cubierto como si fuera un cuerpo sin vida que yacía en una camilla del hospital—

— Mmm… ¿Tomy?…

— ¿Huh? —Mis ojos de un momento a otro se tornaron llorosos, papa se quedaría con nosotros. El día apenas comenzaba y ya tenía malas noticias. Descubrió mi rostro—

— Te amo —Sonrío con ese rostro angelical que solo él tenía y con los ojos llenos de luz, beso mi mejilla y siguió alistándose—  

— Yo también —Al mirarlo mi rostro dibujo una torpe sonrisa, las lagrimas permanecían al filo de mi ojo queriendo escapar de su prisión, a lo que yo me negué—

— Oye tomy, yo podría hacerme pasar por ti para que no faltes a la escuela —Me decía mientras se colocaba los zapatos—

— NO! —Casi di un bote en la cama de la sorpresa—  

— ¿No? —Me miro con asombro— ¿Por qué? —Sonrío de nuevo—

— Te golpearan si lo haces —Me senté sobre la cama con más calma y con cuidado para no lastimarme—

— Cielos, no lo recordaba —Hizo una mueca graciosa, difícil explicarlo, levantaba una ceja, miraba hacia arriba y su boca la hacía en un piquito de lado—

— Deberías, es por tu bien —Sonreí cálidamente—

— Hablas como mamá, solo te falto “y no hables con extraños, no subas a autos de personas sospechosas, y antes de comer lávate las manos” —Imitaba la vos de mi madre e incluso se contoneaba como ella—

— Hahaha “si te ofrecen dulces, no los aceptes” —Hice la misma voz y ambos reímos a carcajadas—

— ¡BILL LLEGARON POR TI! —Grito mamá desde abajo—

— YA VOY —Levantó la vos para hacerse escuchar por ella— Tomy cuídate, me  iré con mis amigos a la escuela —Se acerco a mí para despedirse— después vuelvo —Lo abrasé con tosa la fuerza que tenía—

— Cuando salgas de la escuela te esperare en el parque de siempre —Lo solté—

— Está bien —sonrío y me dedico una tierna sonrisa al tiempo que salía de la habitación y bajó las escaleras a prisa—

Mire por la ventana hasta que desapareció de mi vista. Al regresar la mirada a la habitación,  había un chico ahí, no se veía su rostro, solo su silueta provocándome por poco un paro cardiaco.

— ¿Qué haces aquí? ¿Quién eres? —Me paralice de la impresión sin poder creer lo que mis ojos percibían—

— Soy tu ángel —No salía de las sombras, y sinceramente no me tragaba ese cuento. ¡Bah! Un ángel… si en verdad lo era no le llegaba ni a los talones a mi ángel personal—

— No te creo —Quería salir corriendo de ahí, pero no podía estaba incapacitado—

— Haha —rió encantadoramente- Solo tienes que hacer lo que yo te diga, y si lo haces ya no tendrás más problemas con tu padre.

— ¿De verdad? —Sonreí por inercia al imaginarme siquiera que fuera cierto—

 — ¡Claro! No tendrás que mentir más a tu madre ni a tu hermano

— ¡Tom! —Simone abrió la puerta y él desapareció como por arte de magia- Debo ir al banco, vuelvo en una hora.

— S-si mami —Cerró la puerta y me quede sin hacer movimiento alguno o intentar alejar la mirada de donde se suponía mi “ángel” estaba—

Baje las escaleras lentamente camino a la cocina con las manos en la cadera cada una rodeando uno de mis costados, al llegar a esta tomé el cereal y la leche para preparar mi desayuno mientras mi cabeza vivía en otro mundo y en ella daba vueltas la creatura que en mi cuarto había revelado su identidad, después de desayunar me senté frente la TV encendiéndola y mire las caricaturas un rato, el ambiente estaba un poco frío así que para mayor comodidad y unos pies calentitos me propuse conseguir algo que los cubriera y al resto de mi también así que baje una frazada de mi habitación y me puse aun mas cómodo si cabía, me recosté en el sofá, En la televisión ponían un maratón de Tom y Jerry, era mi caricatura favorita por alguna extraña razón, al cabo de un rato llego mamá con el teléfono entre el hombro y la oreja y con bolsas del supermercado que parecían muy pesadas y la hubiera ayudado, pero en mi condición no me atrevía a levantar ni una hoja de papel tirada en el suelo.

—Voy para allá, si, si no me tardo —Colgó con un gesto de una mezcla extraña de angustia, enojo y poca paciencia—

— ¿A dónde vas?  —Pregunté mirando cada uno de sus movimientos con mucha atención y me levanté al fin decidido para ayudarle con las bolsas—

— A tu escuela, parece que Bill tiene problemas con algunos compañeros —Buscaba con desesperación algo entre las bolsas del supermercado—.  

— ¿Que le hicieron? ¿Le pegaron? —Cuestioné aun sin apartar mi mirada sobre ella con notoria inquietud—

— No, solo lo molestaban pero debo ir y así ya me explican con más detalle, lo traeré antes de que todos salgan.  

— Espero que no le peguen —Volví al sofá resignado— ¡Oye mami! ¿En dónde está papá?

— Salió desde temprano pero en la tarde vuelve.

— Está bien…

Ella salió de casa y fue a mi escuela. Y yo esperaba que a Bill no lo hubieran dejado tan golpeado como a mí o algo por el estilo. Quizá solo había ido llorando con algún maestro y eso los había alarmado, con lo llorón que él era no me sorprendía.  
Mi madre volvió pero no por mucho, ni siquiera sabía por qué salía tanto o si lo hacía regularmente y ahora que lo recuerdo ella y mi padre en ese entonces no tenían una muy buena relación.

— Tengo que salir de nuevo hijo —Para mi Simone siempre había sido una mujer muy ocupada, jamás estaba mas de tres horas en casa, si no era por nosotros—

—Mami, ¿Siempre sales mucho? —La miré desde el sofá por unos segundos y volví a concentrarme en la televisión—

—No cielo, solo hoy he estado muy ocupada —Solo escuchaba ruido que provenía de algún sitió fuera de la sala de estar—

—Y ¿Papá llegará tarde? ¿Después de que Bill salga de la escuela?

 —Sí, creo que llegara a las 5 de la tarde, no estoy segura.

— ¿Qué haces? —Escuchaba con atención todo el alboroto que estaba seguro que ella provocaba—

— Algo para que desayunes —Y ahora parecía que tiraba los platos a propósito—

— Mmmm… huele rico —ignoré su torpeza y fingiendo no haberme dado cuenta— Mami… ¿Qué significa estrafalario?

— Es… Hmmm… es como… —Intentaba concentrarse en ambas cosas y quizá aun mas de las que yo sabía— Es como algo loco, o alguien muy loco, no sé como explicarlo cielo. Pero ¿Porqué estas tan preguntón ah? —Se acerco a mi—

— Porque en la tele lo dijeron –sonreí sin siquiera pensar en mirarla—

— ¿Ya te sientes mejor?  —Cuestionó con un tono meloso haciéndome saber que se preocupaba por mi estado, acaricio mi cabeza de la misma forma como cualquier madre lo haría—

— Si, mami —Asentí con la cabeza al mismo tiempo—… ¿No tenias que salir?

— ¡CIERTO!  Casi lo olvido —Mi madre salió apresurada de casa, y yo al mismo ritmo me levante y corrí a las escaleras pero a mitad de ellas apareció el dolor de nuevo, así que subí con más cuidado, lo único que me preocupaba era que Bill se diera cuenta de lo que me había pasado, yo no podría correr ni jugar, nada. Al llegar a mi habitación, me duche y me aliste para ir al parque, tendría que ir caminando así que saldría media hora antes—.

Camine hasta el parque a paso lento, no había por que apresurarse ya que iba temprano, al estar ahí me senté en una banca en el parque, cerré los ojos, espere que pasara el tiempo, pensaba en lo bueno que sería morir, para que mi papa dejara de hacerme esto, pero a él no le importaría y tal vez seguiría con Bill, preferiría que eso no pasara,  yo me arriesgaría a vivir en un infierno, solo para que Bill no pasara por lo mismo, claro que siendo un niño, solo un niño, no lo pensaba tan seriamente, pero ahora yo sé lo que sería capaz de hacer, y solo para que Bill no pasara por lo mismo, para que no se sintiera como yo, y para que no necesitara de alguien para ser feliz, y que no intentara olvidar su infancia, olvidar los buenos momentos, para que estos no lo llevaran a recordar los malos, como lo hacía yo que olvidé prácticamente la mayoría de mi infancia, en los únicos recuerdos que pude rescatar en mi memoria esta Bill. Pero lo que quisiera olvidar aun está en mi cabeza, casi como si lo hubiera vivido ayer.

De pronto alguien me abrazo irrumpiendo en mis pensamientos, estaba más que seguro, solo una persona lo hacía… solo él, la persona por quien daría la vida entera.

— ¡¡¡¡Tomy!!!! —Me rodeó con los brazos ejerciendo mucha fuerza, casi la necesaria para asfixiarme pero no la suficiente—

— ¿¡Que pasa!? —Pregunté algo alterado, si no fuera porque me abrazaba podría jurar que me hubiera levantado de un brinco—

— ¡¡¡Escóndeme Tomy!!! —Me apretaba cada vez más fuerte, su respiración estaba agitada como si hubiera corrido un maratón de 5 kilómetros o como si viniera de una corrida de toros—

— ¿Qué? ¿Por qué? —me estaba alterando la forma en que se comportaba, temblaba y su piel se sentía caliente, supongo que del susto o quizá sería a causa de lo agitado que había llegado hasta el parque—

— Ahí vienen, ven rápido —Me tomo de la mano y me llevo casi a rastras tras unos arbustos, tengo que admitir que mi condición no ayudaba en mucho, sin embargo Bill estaba tan lleno de adrenalina que podía bien cargarme hasta el sitio en el que nos encontrábamos de un momento a otro— Shhhh no hagas ruido —Coloco su dedo índice sobre sus labios después de chitarme para guardar completo silencio y no ser descubiertos por cualquiera que fuera la razón—     

Nos quedamos en silencio unos minutos. Unos chicos pasaron corriendo por ahí, buscaban algo que yo no sabía descifrar, con mucha desesperación miraron hacia todos lados a su alrededor sin obtener nada en absoluto.

— ¿Quiénes son ellos? ¿Qué te hicieron? —Me aparte del menor con el rostro lleno de intriga y confusión—

— Me querían llevar Tomy —Pude notar algunas lagrimas recorrer sus mejillas mientras apenas y podía entender lo que decía el delgado ser frente a mí, mientras yo no podía salir de mi  confundida fosa de preguntas sin respuesta. ¿Qué había sido todo eso?—

— ¡¿QUE?! —Pude vociferar al fin con casi terror de imaginar lo que hubiera sucedido de no ser por lo que fuera que lo hubiera salvado—

— Estaban en un auto fuera de la escuela, yo iba caminando y me jalaron del brazo, pero mis amigos me jalaron para que no me llevaran, todos corrimos por todos lados y ellos nos perseguían, pero después solo me seguían a mi, tomy no quiero que me lleven —Él hipaba al hablar, sus ojos aun llenos de lagrimas y su rostro tenía ese gesto de pánico como los de las películas de terror yo solo me limité a abrazarle con todas las fuerzas que me permitía mi lesionado cuerpo—

— No te preocupes Macky todo estará bien, mañana yo también iré a la escuela y volveremos juntos, nadie te alejara de mi. Ya verás —Sonreí demostrando aparente seguridad en mis palabras, no quería ver ese pánico en la persona más importante de mi corta y jodida vida—    

— Si tomy, nadie nunca nos separara —Me abrazo como si nunca volviera a verme, como si fuese el ultimo día de nuestra existencia, y cuando se tranquilizo nos recostamos en el césped para mirar las nubes— …Tomy, ¿Por qué a los demás niños no les gusta que nos tomemos de la mano? —El curioso tono de su vos le daba sutiles tonos color azul en mi imaginación, ya que yo permanecía con los ojos cerrados—

— Ya me habías preguntado eso Bill… —Conteste con un tono cansado y harto por así decirlo, pensar en lo estúpido y ridículo en el comportamiento de los demás niños en la escuela me hacía sentir enfermo—

— Pero aun quiero saber —Me miro fijamente mientras su boca formaba un puchero al que no me podía resistir—.

— No lo sé, son estúpidos —Solté con altanería dejando de lado el tenso ambiente que se había formado con la primera pregunta, sonreí satisfecho con mi absurda respuesta—.

— Tom de verdad quiero saber… —Se torno muy serio de un momento a otro para hacerme saber que de verdad quería una respuesta—

— Ellos no nos entienden, no creo que se imaginen como se siente tener un gemelo. Son tontos —Me encogí de hombros rendido ante la seriedad que él implantaba—

— ¿Por qué nos miran feo cuando nos decimos te amo? —Recostó su cabeza sobre mi pecho suspirando tan cansado de las burlas como yo—

— No lo sé Bill, tendrías que preguntarles —Contesté cansado de las preguntas sobre temas desagradables y bufé maldiciendo entre dientes—.   

— ¿Y si creen que somos gays? —Aparto levemente su cabeza de mi para poder mirarme con atención—

— ¡¡¡¿QUE?!!! ¡YO NO SOY GAY! —Casi di un bote de mi lugar en el suelo, juro que si no fuera porque parte de mi gemelo estaba sobre mi hubiera quedado de pie. Lo cierto era que escuchar la palabra “gay” dirigida hacia mí me enfermaba, me lastimaba más que cualquier otra cosa, me sentía mal, y lo peor era que pensaba que era cierto, que por los abusos de Jörg me había vuelto gay aun que no lo quisiera aceptar, el era como mi dueño, como cual perro—.

lunes, 21 de enero de 2013


CAPITULO 3


— ¿A dónde crees que vas To-my? —Se plantaron en el suelo mirándonos fijo sin mover un musculo de su lugar—

— A casa —Seguimos caminando lentamente, espere hasta estar a una distancia prudente para que Bill pudiera correr, y lo solté, Bill corrió lo más rápido que pudo hasta desaparecer de mi vista, nadie se detuvo a verlo, solo querían que yo pagara por lo que había hecho— 

— Oooow al bebe lo dejo su novia, ¿no quieres llorar? —Se burló y acto seguido giró para mirar a los bravucones tras de él—.

— No me das miedo Mi-chael —Dije haciendo una pausa al decir su nombre imitándolo y trague saliva con algo de temor—.

— Que bueno, esperaba que dijeras eso, pero no te preocupes, de ahora en adelante lo tendrás —Sonrío levantando una ceja—.

Me rodearon todos, y comenzaron a empujarme, como si jugaran con una pelota hasta que caí al suelo, y todos me patearon hasta cansarse. Me quede en posición fetal tirado a un lado de la calle como un deshecho o algo por el estilo y en ese momento llegó Bill con mi madre.

 — ¿Mi vida estas bien? —Me abrazó levantándome del concreto con mucho cuidado, intentando no lastimarme más—

— Aah aaah mamá duele —Me quejé y la aleje con apenas un poco de fuerza—  Aquí déjame Mamá, duele.

— Tomy ¿Estás bien? ¿Te golpearon muy feo? —No había abierto los ojos pero eso no me impedía darme cuenta que la vos que lo preguntaba era de mi hermano—

— No Billy, estoy bien —Sonreí soportando el dolor al hacerlo aun sin abrir los ojos o siquiera intentarlo—

— ¿Porqué paso esto? —Cuestionó mi madre con notoria preocupación, supongo que cualquier madre al ver a su hijo de 7 años tirado a un costado de la calle con la ropa llena de tierra y la cara casi cubierta por moretones se pondría así—

— Un niño molestaba a Bill, nos hizo besarnos, nos molestan porque nos tomamos de las manos —Se lo dije sin pensármelo dos veces, de lo que me arrepentí después—.

— ¿Los hizo qué? Quién es ese niño? —Casi se levantó conmigo en brazos al escuchar mi confesión—  

— No lo conozco, solo sé que nos molesta Mami —Dije casi en un susurro con la poca energía que me quedaba—.

— ¡Quiero que investiguen quien es! —Ordenó mi madre y me tomó de las axilas levantándome un poco— Y me digan lo antes posible. Bill ayúdame a levantarlo —El asintió con la cabeza y me tomaron ambos de los brazos levantandome por completo, mi hermano tomo mi mochila y me ayudaron a caminar hasta casa, el cual fue un trayecto demasiado extenso, yo me sentía ya exhausto esperando que terminara ese maratón de 10 kilómetros (O de esa manera lo había imaginado yo) que me estaba matando. Entramos hasta mi habitación y me recostaron en la cama, mamá salió de la habitación—.

— Yo te cuidare… —Bill acarició mi cabeza, de pronto en un segundo plano sonó el timbre de casa—

— ¡BILL LLEGARON POR TI! —Gritó mi madre para ser escuchada por Bill en cualquier habitación en la cual se encontrara—

— Perfecto —Dije en un susurro, algo molesto—

— ¡¡VOY!! perdón Tomy después vuelvo —Se dirigió a la planta baja dejándome solo en nuestra habitación—

Me acomode en la cama para dormir, de pronto escuche a mi madre hablar por teléfono.

— Jörg necesito que vuelvas
—Acaban de golpear a Tom
 —Creo que necesita tu apoyo
—Si si, yo lo sé
—Si! es urgente, no sé porque lo hicieron, y creo que solo contigo él se dispondrá a hablar, eres su padre… Te necesita, a demás , tengo que llevar a Bill a sus clases de canto, y alguien debe ver por Tom, así que ven lo antes posible.
—Ok te espero, apresúrate —Colgó—

No me esperaba eso, preferiría morir a esperar a que él o mi “padre” como debería decirle volviera.

Volvió Bill, escuche su vos junto con la de algunas personas más, supuse que eran sus nuevos amigos, en realidad me alegraba verlo así, feliz y con amigos.

 — Bill recuerda  que tienes que ir a clases de canto, así que despídete de tus amiguitos —Escuché desde abajo—.

— Aaah mama por favor… —Suplicó-

—Anda Bill despídete que se nos hará tarde —Le ordenó—

— Pero ¿Quién cuidara a Tom?

— Tu padre vendrá en algunos minutos para cuidarlo.

— Bueno

Escuche la  puerta y algunas voces fuera de casa. La puerta de nuevo y unos pasos en las escaleras. Cerré los ojos y aparente estar dormido. Repetía desesperadamente “que no sea papá” sentí una presión en mi pecho, me costaba respirar y me temblaba todo el cuerpo… “que no sea papá” no dejaba de repetirlo… Sonó la manija de la puerta de mi habitación. Comencé a susurrar “que no sea papá” repetitivamente y apretaba con fuerza las sabanas entre mis manos, con la fuerza que apenas tenía. Más pasos, estos hacia mi cama, sentía el sudor brotar por mi piel, alguien se sentó a mi lado. Acariciaron mi cabeza, “Bill” pensé, y tome su mano con fuerza.

— ¿Estás bien? —Imitándome apretó mi mano—

— Si, tenia pesadillas.

— Tengo que ir a mis clases, de vuelta te contare quienes vinieron por mi —Sonrío ampliamente yo lo imite—

— Ok, yo esperare —Apreté su mano— 

— Ya vuelvo —Beso mi frente y salió de la habitación, se fueron de casa y me olvide del temor que había tenido anteriormente quedándome profundamente dormido—


— Hmmm, ya hmmmm aah —Me quejé, me movían sin cuidado, impidiéndome dormir y lastimándome— ya aah duele —Abrí los ojos paralizándome al instante— Ho-hola P-papi —Sonreí fingiendo alegría pero realete aterrorizado— Q-q-que haces aquí? —Tragué saliva—

— Hola hijo, te sientes bien? —Jörg me miro de pies a cabeza casi devorándome con esta—

— S-si estoy perfecto —Temblaba hasta por los ojos, no puedo describir el pánico que sentía, no podía controlarlo, al instante de verlo se me doblaban las rodillas, me temblaban las piernas las manos, como si fuera a morir de hipotermia, solo mirarlo a los ojos me aterraba, cuando el estaba frente a mi no podía levantar la vista, su mirada, solo su mirada me decía lo que pasaría después, y prefería no saberlo, prefería no mirarlo a los ojos, esperando que sintiera lastima y no me hiciera nada, pero todo intento era en vano, cuando el se proponía algo, nada se interponía en su camino—

— Entonces no te molestara que juguemos un poco —Sus labios comenzaron a dibujar una perturbada sonrisa, cerré los ojos y los apreté fuerte—

— ¡¡NO!! Me golpearon… unos chicos me-me-me golpearon y me duele todo, de verdad Papi, me duele mucho —Me recosté en posición fetal—

Que mal, tendré que revisarte —Notaba la poca preocupación en su vos, que era sustituida por algo siniestro—. ¿Tu madre ya lo hizo?

—S-si —Trague saliva, sin poder controlar los nervios, el puto temor que me consumía—

— ¿Porqué no te creo? —Me tomo de la barbilla y levanto mi rostro para que lo mirara a los ojos, comencé a hacer pucheros, no quería llorar e intentaba retenerme, una acción claramente imposible—

— Es verdad Papi —la angustia, desesperacion y terror se reflejaban en mi rostro y en mi apenas audible vos—

  — Tomy, hijo… sabes que decir mentiras es malo, si me estas mintiendo… no querrás que te castigue ¿verdad? —El tono de comprensión y cariño que intentaba emplear era terrorífico, como para obtener un Oscar a mejor villano—

— No papi, no me castigues  —Lo abrasé intentando arreglarlo todo como antes de que empezara a abusar de mi—

— Está bien, no lo haré… pero déjame revisarte  —Lo mire con los ojos llenos de lagrimas, negando con la cabeza y un insistente puchero en mi boca—

— No Papi, no —Mis lagrimas recorrieron mis mejillas, no pude retenerlas más, me aleje de Jörg gateando hasta la orilla opuesta de la cama—

— Ven hijo, no pasara nada, solo déjame revisarte —Me tendió la mano con una amplia sonrisa sin malicia—.

— ¡¡NO!! —Grité y golpeé su mano, apenas y podía distinguir las lágrimas nublaban mis ojos, y aunque me dolía todo el cuerpo me alejaba lo más que podía de él—

— ¡Vamos Tom! No tengas miedo, no te haré nada malo —Se acerco a mí con lentitud—.

— ¡NO! —Lo empuje con fuerza— ¡VETE!

— Tom por favor, ven aquí —En su rostro se reflejaba el disgusto, se estaba desesperando con la poca paciencia que tenía y sus ojos dibujaban perversión a la potencia mil—.

— ¡¡NO PAPI DÉJAME!!! —Me tomo de las manos— ¡¡¡¡Nooooo!!!! —Lo empujé con ambos pies, dio dos pasos atrás y calló sobre mis juguetes—.

— ¡Toooooooom hijo de puta! —Dijo mi nombre levantando cada vez mas  la vos como este llegaba a su fin, se levanto lentamente mirándome fijo, lleno de odio y rabia—.

— N-n-no Papi perdón —Llore aun más imaginándome de la manera más grafica y precisa lo que estaba a punto de hacerme por la manera en que su mirada se fijo en mi con tanta lasciva, pero no podía quedarme ahí sin hacer nada, y dejar que me hiciera lo que quisiera, así que salí corriendo de la habitación y él salió tras de mí a pasos agigantados—.

— ¿Tom a dónde vas? —Su vos pretendía ser seductora y juguetona, lo que me causaba aun mas terror y me hacía correr aun mas rápido escaleras abajo, me dirigía al comedor— 

— No, Papi perdón —Tropecé y caí al suelo— ayuda —Dije entre dientes—

— Ha ha ha caperucita… el lobo feroz te alcanzo —Me levanto en sus brazos con mucha fuerza y subía las escaleras, lo patee y lo golpee, pero con nada lograba que me soltara. Me tumbó en la cama de su habitación, se subió en ella y se acercaba a mi gateando, me miraba fijamente, yo me alejaba poco a poco, pero al intentar hacerlo él me acercaba jalándome de la cintura y pegándome aun mas a él—.

— ¡¡¡No, suéltame!!! —Lo empujé del pecho sin obtener resultado—

— Shhh calla, ya vendrá tu madre y no nos dará tiempo —Puso su dedo indice en mis labios, yo lloraba sin parar, al parecer a él no le importaba y lo excitaba aun mas—

— ¡¡¡¡NO PAPÁ DÉJAME!!! —Grité tan fuerte que desgarre mi garganta, automáticamente él cubrió mi boca con su mano, intente alejar esta de mi boca, jalándola con ambas manos, pero era imposible, la arañe, enterré las uñas, lo pellizque pero nada, no me soltaba—.