lunes, 8 de octubre de 2012


CAPITULO 2


Está era una escena graciosa, nuestra maestra en el escritorio, Bill y yo en las sillas frente a ella, solo mirándonos y riendo de pronto,  podíamos pasar la vida entera así, sin palabras, el y yo así nos entendíamos, no necesitábamos palabras, algo hermoso a mi parecer, sublime, incomparable, era algo que ningún otro podría sentir. De pronto en la escena aparece mi madre.

—Discúlpeme, no pude llegar antes —se dirigió a la maestra—.

—No se preocupe señora Trümper, tengo que hablar seriamente con usted, sobre sus hijos, y necesito que hable con todos los maestros de la institución —La profesora acomodó sus anteojos sobre su nariz—.

—Claro —se volvió hacia nosotros e hicimos un gesto de inocencia—, dígame ¿Qué han hecho mis diablitos?

—Verá, sus hijos no han entrado a clases muy frecuentemente, y nunca prestan atención, solo tienen algunos meses aquí, y no la habíamos contactado porque pensamos que se les pasaría, creímos que sería solo un tiempo en que se integrarían con los demás, sin embargo, no ha sido así. Se nos ha hecho imposible hacerlos entrar en razón. No escuchan a nadie, y ya los hemos castigado, pero no hay resultados, varias veces han cambiado su ropa y han engañado a los profesores diciendo que son el otro. Ahora, sobre sus calificaciones, ellos están muy mal —La profesora miro con un semblante extremadamente serio a mi mamá—. Han reprobado la mayoría de las materias, a excepción de artes, no es nada que no se pueda recuperar, pero no sabemos que mas hacer con ellos para que mejoren, ¿Usted qué piensa?

—Creo que sé cómo arreglarlo —Nos miro de nuevo, pero esta vez, algo molesta— tenemos que separarlos, Bill en un grupo y Tom en otro.

—¡MAMAAAAA! —Gritamos al mismo tiempo—

—No mamá —Bill dio un salto de su asiento—, no puedes hacer esto, eres mala. ¡TE ODIO! —salió corriendo de ahí—

— ¡Bill espera! —miré a mama y fui tras de Bill, no estaba muy lejos al llegar donde él aun podía escuchar lo que mamá y la profesora decían, Bill estaba sentado en el suelo, abrasando sus piernas, no lloraba, estaba molesto,  lo abrace y fui correspondido de inmediato, no dijo una palabra, seguimos escuchando lo que ellas decían— 

 — ¿Está segura de que es lo mejor para ellos?

—Ellos tendrán tiempo para verse en casa, esto es lo mejor para su educación.

—Está bien, entonces no se diga mas, cambiaremos a alguno de los dos de grupo.

Y así fue, nos separaron, yo me cambiaría de grupo, Bill ya conocía a algunas personas ahí, así que preferí no intervenir en su relación con los demás, aun que para mí no era esencial conseguir amigos, no me sentía de ánimos y no los necesitaba.

Mi primer día… lejos de Bill, no sabía lo que haría, nada tenía sentido así. Mi mama era una mala persona, cruel, mira que separarnos… a nosotros que nunca en nuestras cortas vidas nos había pasado algo parecido.

La misma rutina de siempre, nos levantamos, desayunamos, salimos a esperar el bus tomados de las manos, en el bus todos nos miraban como bichos raros, yo creo que ya deberían estar acostumbrados, pero aun así eran morbosos, no se cansaban de inventar historias sobre nosotros, cosas que a nosotros nunca nos habían pasado ni por la mente.
Nos sentamos en el mismo lugar de siempre, pero esta vez no hablábamos, ni nos mirábamos, estábamos distantes, solo nos sosteníamos de la mano. Increíble, pero aun así podíamos comunicarnos, sentir lo que el otro, pensar lo que el otro, me sentía peor que siempre, ahora no estaría con Bill, aun que fuera solo en la escuela,  lejos de él me sentía vacío  sin sentimientos, con muchos miedos, me sentía a la intemperie, sin protección.
Me abrazo, y eso fue lo único que pudo hacer, cuando apareció Michael, el niño molesto de siempre, sin retraso, al momento de “molesta a los novios” como él lo llamaba. Esta vez fue más cruel que nunca, no lo habíamos notado, estaba en los asientos tras de nosotros, nos tomo a cada uno por la cabeza, y las empujo una contra otra hasta hacer que nos besáramos, ambos cerramos los ojos con fuerza, nos mantuvo así por algunos minutos, pude sentir el flash de alguna cámara, Bill comenzó a moverse y a quejarse,  por otro lado yo tome la mano de Michael la que sostenía a Bill y comencé a apretarla y enterrar mis uñas en ella, él nos soltó, y uno de sus amigos nos mostró la foto, Bill comenzó a llorar.

—Borrala, Michael ¿porque eres tan malo? —Limpiaba las lágrimas de sus ojos con las mangas de su suéter—

—Calla niña —golpeo su cabeza haciéndolo llorar aun mas, esta vez no pude evitarlo, a mi hermanito nadie lo tocaba—.

—Michael eres un marica —me pare frente a él, no quiero mencionar la diferencia de estatura, pero eso no me intimido—

— ¡Hay! pero miren quien ha hablado —volteo a mirar a sus amigos—.

— ¡Si te gusta mi hermano deberías decírselo! —hice mi mano un puño y la apreté con fuerza, mirándolo fijamente—

—Tomy déjalo —tiró levemente de mi chaqueta—

— ¿Crees que me gusta este niño marica? —Soltó una carcajada volteando a mirar a sus amigos de nuevo—

—No creo, estoy seguro –mi puño se acerco rápidamente y con mucha fuerza a su rostro, exactamente en el pómulo, todos quedaron en silencio, y Michael tomo su rostro entre sus manos, abrí los ojos muy grandes sin creer aun lo que había pasado—.

— Tom ¿Qué hiciste? Eres un tonto —dijo Bill tirando de mi chaqueta con fuerza, segundos después se detuvo el bus, no esperamos nada y salimos corriendo de ahí, como si tuviéramos un petardo en el culo—

—Anda corre entra y ve lo más cerca de la profesora que puedas, y cuando acabe tu clase me esperas cerca de ella, no te alejes aunque quieras ir al baño —me marchaba cuando…—  

— ¡Tomy espera! —Me miro fijamente— eres mi héroe —sonrió y se dirigió a su aula, me sentí alagado al escuchar lo dicho anteriormente, corrí hasta el que sería mi nuevo salón sin mirar a nadie, camine donde el profesor y le di un pequeño papel que me habían dicho que le entregara—

—Bien —Se levantó sin mirarme, y se dirigió a todos- el es su nuevo compañero, se llama… —volteo a mirarme—

— Tom, soy Tom —sonreí rápidamente—

— El es Tom, -dijo con desgano- toma asiento.

Me senté en las últimas sillas. No podía concentrarme, sabía que me golpearían. Y eso no me tenía para nada tranquilo.
No hice nuevos amigos, pero Bill si, el no me necesitaba… solo para defenderlo, y ya, él podía vivir sin mí, se las podía arreglar solo. Salimos al receso, y como había dicho, Bill me esperaba junto a la profesora. Llegue donde él y le sonreí, como siempre, siendo correspondido al instante.

—Te extrañe —me abrazóק ¿hiciste nuevos amigos?

 — Yo también y no —sonreí—

 — ¿por qué? ¿Son malos contigo?

  —No —lo abrase—.

— ¿Entonces?... Yo si hice nuevos amigos, son un niño y una niña. Uno se llama Rupert y la otra se llama Amy, son muy simpáticos, ellos también eran molestados por Michael hasta que llegamos nosotros —sonrío, sus ojos se llenaban de luz al contarme—.

— ¿De verdad? ¡Qué bien! —sonreí— vamos a comer, muero de hambre.

— Bien, te seguiré contando de ellos, te caerán bien cuando los conozcas —sonreía y caminaba dando saltitos—.

 —Haha si —Lo tome de la mano, cada que lo hacía, automáticamente todas las miradas se centraban en nosotros— de nuevo —miré a todos— son tan tontos —bufé—  

 —No importa Tomy, ellos no nos entienden, son tontos —sonrió—

Llegamos al comedor de la escuela, y ahí estaba Michael esperándome, con un ojo morado e hinchado, lo que me pareció gracioso, lo que no era gracioso era que me golpearía tarde o temprano, lo que era aun peor que ese chico estaba respaldado por toda la escuela, todos lo admiraban, o le temían, todos estaban con él. Por consecuente, si él me molestaba o golpeaba, todos lo harían, en resumen ESTABA MUERTO. 

—Creo que sería mejor no comer —me detuve—.  ¿Tú no lo crees? —dije sin dejar de mirar a Michael—  

—Sí, lo mismo pienso —El hacía lo mismo que yo, caminamos hacia atrás aun tomados de las manos, hasta salir de ahí—.

—No hay mejor lugar que el hogar, sabes… creo que sería mejor volver a casa, de lo contrario moriremos ambos, muy jóvenes y aun quiero saber como me veré con barba.

—Yo aun quiero tener una familia —aun manteníamos la mirada en él—.

—Tendremos que escondernos, aun no sé como saldremos de la escuela sin morir. Y no creo que sea buena idea volver en bus, mejor volvamos caminando.

—Sí, es un buen día para caminar —Nos miramos—.

—Me gusta que estemos de acuerdo —Reímos a carcajadas—.

Lástima que no todo saliera como planeamos, salimos de la escuela apresurados, y caminábamos una cuadra delante de la escuela, pensamos que estábamos a salvo, así que bajamos el ritmo, pero frente a nosotros aparecieron Michael y sus amigos.

—Estamos muertos —apretó mi mano con fuerza—

—No, no estamos… escucha —Me acerque a él—… cuando suelte tu mano quiero que corras a pedir ayuda, yo los distraeré, caminaremos hacia ellos, y quiero que corras
—susurre—

— Pero Tom…

—No me importa —Lo interrumpí— hazlo —caminamos hacia ellos—

jueves, 4 de octubre de 2012

CAPITULO 1


TOM
Estaba sentado en el sofá abrasando mis piernas, el dolor era insoportable, no podía dejar de llorar, no había nadie en casa, solo él y yo, aun no se como fue que llegamos hasta ese punto, un día antes estábamos tan felices… y él me abrazaba como siempre, lo único que me intrigaba era su forma de mirarme, pero nunca preste atención a eso … y al otro día, esto?
por la puerta entraban mama y Bill, yo aun seguía en el sofá,
Jörg se había ido a la cochera, Mama me observaba con extrañeza…

Simone: estas bien hijo?-asentí con la cabeza. Bill me miraba fijamente, él sabía que yo tenía algo, me tomo de la mano y me llevo hasta la habitación casi a rastras, me sentó en mi cama regreso hacia la entrada y dio un portazo- 

- ¿qué pasa Tomy?

- nada –miraba el suelo-

- Tomy –se arrodilló frente a mi- mírame! –Cerré los ojos- ¡TOM! Yo quiero saber
Que pasa, no nos esconderíamos ¡nada! ¿Lo recuerdas? –levanto la mano como aquella vez que lo prometimos-

- no quiero –hice un puchero y apreté más los ojos-

- ¡no importa! Dime, siempre estaré contigo –me tomo las manos-

- es que… –mama abrió la puerta interrumpiéndonos-

- niños ¿todo bien? –Nos miro a ambos-

- si mami –dijimos en unísono-

- ¿van a comer?

- no gracias –me recosté en la cama y cubrí mi cara con ambos brazos-

- si vamos a comer –dijo Bill dirigiéndose a mí con autoridad-

- Tom, amor ven aquí… vas a comer -salimos todos de la habitación hacia el comedor, yo tenía el estomago revuelto y unas ganas tremendas de vomitar, me sentía asqueroso. Al entrar a la habitación ahí estaba él sentado como si nada hubiera pasado… estaba sentado en la silla frente a mí, y mientras ellos no veían me hacía gestos desagradables… de pronto sentí como algo recorría mi pierna, yo intentaba ver que era, pero se me hacía imposible por la mesa, Bill se levanto a la cocina y mi mamá tras él, no sé porque se fueron pero lo ignore, me intrigaba mas lo que sentía en mis piernas, me agache sin discreción, bueno siendo un niño de 7 años es imposible esconder lo que sientes o piensas, y yo en ese momento estaba más que asustado, estaba aterrado, bajo la mesa que no era muy grande el tenia mi pierna entre las suyas, mi rodilla tocaba su entrepierna, estaba a punto de gritar, pero él se abalanzo sobre mí y me tapo la boca-

- ¡cierra la boca! Y más te vale que nadie se entere de lo que hice, o te puede ir peor. Te lo advierto ¿entendido? eres un niño sucio, y si le dices a alguien nadie va a querer estar contigo -asentí con la cabeza desesperadamente-
Al escuchar ruido mamá y Bill volvieron rápido al comedor, Jörg ya estaba sentado fingiendo que se había caído su vaso de agua.

- ¿que fue todo ese ruido?

- nada… es que moví mi brazo y tire el vaso de la mesa

Mama me volteo a ver, agache la mirada y fingí que comía, mis ojos se llenaron de lagrimas inesperadamente, ahora nadie podía saber nada de lo que había pasado, y yo no me quería arriesgar a alguna tragedia, no soporte mas la tención y me levante de la mesa sin siquiera haber tocado la comida, no tenía hambre ni sueño, nada, simplemente recordaba ese momento que quedara siempre marcado en mi mente.

 - Tom ¿a dónde vas cielo? no has comido, ¿estás enfermo? ¿te duele algo? dime que tienes hijo

- ya no quiero comer  –corrí hasta mi habitación, Bill me miro con intriga-

- mami ¿puedo levantarme? ya termine -dijo Bill al haber comido-

- está bien cariño, puedes levantarte

 Subí a mi habitación y me tire a llorar a la cama y es que la impotencia que sentía era terrible no le podía decir a mama ni a Bill a nadie, no sabía qué hacer
Estaba sumido en mis pensamientos cuando entro Bill a mi habitación

 - Tomy por favor ya dime qué te pasa, yo te comprendo eres mi hermano mi gemelo ¿o acaso ya no confías en mí?

- no es que no confié en ti Bill, es que si te digo no me vas a creer y me vas a odiar y no quiero eso -lo abrace por inercia y comencé a llorar de nuevo-

- Tom me estas asustando ¿qué es tan malo como para que llores?

- no es nada Bill ya no importa, se me pasara, déjame dormir

Me quede pensando toda la noche, bueno en realidad no podía estar tranquilo, estaba tan cansado y asustado que no me di cuenta cuando me quede dormido.


Pasaron algunos días y Jörg no me había vuelto a tocar. Esa mañana mamá nos despertó como todos los días.

- niños levántense –movió a Bill y después a mi-

- si si mami 5 minutos mas –sin abrir los ojos-

- hmmmm -levantándome con los ojos medio abiertos-

- ¡¡anda Bill!! –Lo movió de nuevo-

Me dirigí a ducharme, tome mi toalla y camine con pasos torpes por el pasillo hasta llegar frente a la puerta, gire la manija y entre, comencé a desvestirme, y entre a la ducha, gire la llave del agua caliente -puse la mano en el agua para verificar la temperatura- fría…-ahora con el pie- aun fría… -ambos- tibia…tibia…aaah caliente -abrí la llave de agua fría y al estar tibia de nuevo entre en ella, me duche rápido y me sequé y enrolle la toalla en mi cintura, salí de ahí  encontrándome con Bill en la puerta, fui a mi habitación, me vestí y baje a desayunar.  

- ¿que hay de desayunar? –baje corriendo las escaleras y me senté en la mesa-

- cereal con leche

- solo cereal –estaba serio, a pesar de que ya hacía días de lo que había pasado, estaba asustado, me sentía sucio, manchado, asqueroso, y que yo no merecía estar con nadie-

- si solo eso –me dio mi plato y la caja de cereal-

- tengo hambre! –bajo gritando y corriendo-

- hay cereal

- son frut lups? –una gran sonrisa se dibujo en su rostro. Lo envidiaba, el era tan feliz, me gustaría estar en su lugar, aunque no me agradaría verlo en el mío, no se lo desearía a nadie-

Acabamos nuestro cereal nos lavamos los dientes y salimos de casa, caminamos hasta la parada tomados de la mano, esperábamos el bus, se paro frente a nosotros, era nuestro primer día en esa escuela, todos los niños nos miraban por las ventanas murmurando cosas, Bill apretó mi mano más fuerte que nunca y subimos a él, y nos sentamos en los primeros asientos, todos quedaron en silencio en un instante.

- ¿porque todos nos miran raro Tomy? –Aun me tomaba de la mano-

- porque son estúpidos –solté con mala cara y mire por la ventana-

- ¡Tom! –Abrió la boca de asombro-

 -voltee a mirarlo espantado- ¿que?

 - dijiste una mala palabra –cubrió su boca-

- ups –sonreí, solo con Bill podía estar feliz, él era el único que me hacía sentir bien, siempre era muy dulce-

- grosero –me dio un golpecito en la boca-

- hey -lo mire con los ojos entrecerrados y golpee su brazo levemente-

- ¡oye malo! –Reímos ambos, de pronto algo irrumpió en nuestra pequeña burbuja-

- oye niña –se dirigió a Bill- ¿el es tu novio?

 -me miro y se volvió a él sonriendo- no yo…  

 -lo interrumpió- o…¿cuál de ustedes es la novia? –estaba acompañado con otros 5 niños, se veían mas grandes que nosotros, y todos comenzaron a reír era un chico molesto, en verdad lo era, pero no podíamos meternos en problemas el primer día, tire de la chaqueta de Bill un poco para que me mirara-

 -volteo a mirarme- no les hagas caso –musite en un murmullo-

- bueno –bajo la mirada-

- par de niñas –se burlo y golpeo la cabeza de Bill, él sobó su cabeza aun mirando al chico, sentí un gran calor recorrer todo mi cuerpo, estaba a punto de pararme y romperle la boca, pero al ver el rostro de Bill me detuve, estaba a punto de llorar así que lo abrasé con fuerza-

Todo transcurrió normal los primeros días, el chico aun nos molestaba, pero nada fuera de lo normal, comenzamos a hacer desastres en el aula, prácticamente todos los maestros nos odiaban y solo a unos días de haber entrado.
Realmente había disfrutado de aquellos días, Jörg había tenido mucho trabajo y no pasaba mucho en casa, Bill y yo juntos en la escuela, estudiábamos juntos, hacíamos tarea juntos, todo era genial. 


Solo pasaron algunos meses, todo aun estaba tranquilo para mí, aun así me sentía mal, nada era como antes, en la escuela me había empeñado a pasarla lindo con Bill a costa de los demás, no nos importaba nadie más, solo nosotros dentro de nuestra burbuja, tanto que habíamos descuidado la escuela en sí. Tenía una necesidad tremenda de estar con él, aun que no hiciéramos nada, solo me gustaba estar a solas con él, sin nadie más, no entrabamos a clases, cambiábamos nuestra ropa, fingíamos ser el otro, aun lo hacíamos.
Aquel periodo, al citar a mi madre para revisar nuestro desempeño nos fue peor que una paliza propinada por los chicos que nos odiaban, estábamos esperando solo nosotros en el aula, los padres de los demás niños ya se habían marchado junto con ellos, mi madre aun no llegaba, y no sabíamos porque, me imagine que había tenido alguna discusión con Jörg de nuevo, eran muy largas esas “charlas”.