lunes, 21 de enero de 2013


CAPITULO 3


— ¿A dónde crees que vas To-my? —Se plantaron en el suelo mirándonos fijo sin mover un musculo de su lugar—

— A casa —Seguimos caminando lentamente, espere hasta estar a una distancia prudente para que Bill pudiera correr, y lo solté, Bill corrió lo más rápido que pudo hasta desaparecer de mi vista, nadie se detuvo a verlo, solo querían que yo pagara por lo que había hecho— 

— Oooow al bebe lo dejo su novia, ¿no quieres llorar? —Se burló y acto seguido giró para mirar a los bravucones tras de él—.

— No me das miedo Mi-chael —Dije haciendo una pausa al decir su nombre imitándolo y trague saliva con algo de temor—.

— Que bueno, esperaba que dijeras eso, pero no te preocupes, de ahora en adelante lo tendrás —Sonrío levantando una ceja—.

Me rodearon todos, y comenzaron a empujarme, como si jugaran con una pelota hasta que caí al suelo, y todos me patearon hasta cansarse. Me quede en posición fetal tirado a un lado de la calle como un deshecho o algo por el estilo y en ese momento llegó Bill con mi madre.

 — ¿Mi vida estas bien? —Me abrazó levantándome del concreto con mucho cuidado, intentando no lastimarme más—

— Aah aaah mamá duele —Me quejé y la aleje con apenas un poco de fuerza—  Aquí déjame Mamá, duele.

— Tomy ¿Estás bien? ¿Te golpearon muy feo? —No había abierto los ojos pero eso no me impedía darme cuenta que la vos que lo preguntaba era de mi hermano—

— No Billy, estoy bien —Sonreí soportando el dolor al hacerlo aun sin abrir los ojos o siquiera intentarlo—

— ¿Porqué paso esto? —Cuestionó mi madre con notoria preocupación, supongo que cualquier madre al ver a su hijo de 7 años tirado a un costado de la calle con la ropa llena de tierra y la cara casi cubierta por moretones se pondría así—

— Un niño molestaba a Bill, nos hizo besarnos, nos molestan porque nos tomamos de las manos —Se lo dije sin pensármelo dos veces, de lo que me arrepentí después—.

— ¿Los hizo qué? Quién es ese niño? —Casi se levantó conmigo en brazos al escuchar mi confesión—  

— No lo conozco, solo sé que nos molesta Mami —Dije casi en un susurro con la poca energía que me quedaba—.

— ¡Quiero que investiguen quien es! —Ordenó mi madre y me tomó de las axilas levantándome un poco— Y me digan lo antes posible. Bill ayúdame a levantarlo —El asintió con la cabeza y me tomaron ambos de los brazos levantandome por completo, mi hermano tomo mi mochila y me ayudaron a caminar hasta casa, el cual fue un trayecto demasiado extenso, yo me sentía ya exhausto esperando que terminara ese maratón de 10 kilómetros (O de esa manera lo había imaginado yo) que me estaba matando. Entramos hasta mi habitación y me recostaron en la cama, mamá salió de la habitación—.

— Yo te cuidare… —Bill acarició mi cabeza, de pronto en un segundo plano sonó el timbre de casa—

— ¡BILL LLEGARON POR TI! —Gritó mi madre para ser escuchada por Bill en cualquier habitación en la cual se encontrara—

— Perfecto —Dije en un susurro, algo molesto—

— ¡¡VOY!! perdón Tomy después vuelvo —Se dirigió a la planta baja dejándome solo en nuestra habitación—

Me acomode en la cama para dormir, de pronto escuche a mi madre hablar por teléfono.

— Jörg necesito que vuelvas
—Acaban de golpear a Tom
 —Creo que necesita tu apoyo
—Si si, yo lo sé
—Si! es urgente, no sé porque lo hicieron, y creo que solo contigo él se dispondrá a hablar, eres su padre… Te necesita, a demás , tengo que llevar a Bill a sus clases de canto, y alguien debe ver por Tom, así que ven lo antes posible.
—Ok te espero, apresúrate —Colgó—

No me esperaba eso, preferiría morir a esperar a que él o mi “padre” como debería decirle volviera.

Volvió Bill, escuche su vos junto con la de algunas personas más, supuse que eran sus nuevos amigos, en realidad me alegraba verlo así, feliz y con amigos.

 — Bill recuerda  que tienes que ir a clases de canto, así que despídete de tus amiguitos —Escuché desde abajo—.

— Aaah mama por favor… —Suplicó-

—Anda Bill despídete que se nos hará tarde —Le ordenó—

— Pero ¿Quién cuidara a Tom?

— Tu padre vendrá en algunos minutos para cuidarlo.

— Bueno

Escuche la  puerta y algunas voces fuera de casa. La puerta de nuevo y unos pasos en las escaleras. Cerré los ojos y aparente estar dormido. Repetía desesperadamente “que no sea papá” sentí una presión en mi pecho, me costaba respirar y me temblaba todo el cuerpo… “que no sea papá” no dejaba de repetirlo… Sonó la manija de la puerta de mi habitación. Comencé a susurrar “que no sea papá” repetitivamente y apretaba con fuerza las sabanas entre mis manos, con la fuerza que apenas tenía. Más pasos, estos hacia mi cama, sentía el sudor brotar por mi piel, alguien se sentó a mi lado. Acariciaron mi cabeza, “Bill” pensé, y tome su mano con fuerza.

— ¿Estás bien? —Imitándome apretó mi mano—

— Si, tenia pesadillas.

— Tengo que ir a mis clases, de vuelta te contare quienes vinieron por mi —Sonrío ampliamente yo lo imite—

— Ok, yo esperare —Apreté su mano— 

— Ya vuelvo —Beso mi frente y salió de la habitación, se fueron de casa y me olvide del temor que había tenido anteriormente quedándome profundamente dormido—


— Hmmm, ya hmmmm aah —Me quejé, me movían sin cuidado, impidiéndome dormir y lastimándome— ya aah duele —Abrí los ojos paralizándome al instante— Ho-hola P-papi —Sonreí fingiendo alegría pero realete aterrorizado— Q-q-que haces aquí? —Tragué saliva—

— Hola hijo, te sientes bien? —Jörg me miro de pies a cabeza casi devorándome con esta—

— S-si estoy perfecto —Temblaba hasta por los ojos, no puedo describir el pánico que sentía, no podía controlarlo, al instante de verlo se me doblaban las rodillas, me temblaban las piernas las manos, como si fuera a morir de hipotermia, solo mirarlo a los ojos me aterraba, cuando el estaba frente a mi no podía levantar la vista, su mirada, solo su mirada me decía lo que pasaría después, y prefería no saberlo, prefería no mirarlo a los ojos, esperando que sintiera lastima y no me hiciera nada, pero todo intento era en vano, cuando el se proponía algo, nada se interponía en su camino—

— Entonces no te molestara que juguemos un poco —Sus labios comenzaron a dibujar una perturbada sonrisa, cerré los ojos y los apreté fuerte—

— ¡¡NO!! Me golpearon… unos chicos me-me-me golpearon y me duele todo, de verdad Papi, me duele mucho —Me recosté en posición fetal—

Que mal, tendré que revisarte —Notaba la poca preocupación en su vos, que era sustituida por algo siniestro—. ¿Tu madre ya lo hizo?

—S-si —Trague saliva, sin poder controlar los nervios, el puto temor que me consumía—

— ¿Porqué no te creo? —Me tomo de la barbilla y levanto mi rostro para que lo mirara a los ojos, comencé a hacer pucheros, no quería llorar e intentaba retenerme, una acción claramente imposible—

— Es verdad Papi —la angustia, desesperacion y terror se reflejaban en mi rostro y en mi apenas audible vos—

  — Tomy, hijo… sabes que decir mentiras es malo, si me estas mintiendo… no querrás que te castigue ¿verdad? —El tono de comprensión y cariño que intentaba emplear era terrorífico, como para obtener un Oscar a mejor villano—

— No papi, no me castigues  —Lo abrasé intentando arreglarlo todo como antes de que empezara a abusar de mi—

— Está bien, no lo haré… pero déjame revisarte  —Lo mire con los ojos llenos de lagrimas, negando con la cabeza y un insistente puchero en mi boca—

— No Papi, no —Mis lagrimas recorrieron mis mejillas, no pude retenerlas más, me aleje de Jörg gateando hasta la orilla opuesta de la cama—

— Ven hijo, no pasara nada, solo déjame revisarte —Me tendió la mano con una amplia sonrisa sin malicia—.

— ¡¡NO!! —Grité y golpeé su mano, apenas y podía distinguir las lágrimas nublaban mis ojos, y aunque me dolía todo el cuerpo me alejaba lo más que podía de él—

— ¡Vamos Tom! No tengas miedo, no te haré nada malo —Se acerco a mí con lentitud—.

— ¡NO! —Lo empuje con fuerza— ¡VETE!

— Tom por favor, ven aquí —En su rostro se reflejaba el disgusto, se estaba desesperando con la poca paciencia que tenía y sus ojos dibujaban perversión a la potencia mil—.

— ¡¡NO PAPI DÉJAME!!! —Me tomo de las manos— ¡¡¡¡Nooooo!!!! —Lo empujé con ambos pies, dio dos pasos atrás y calló sobre mis juguetes—.

— ¡Toooooooom hijo de puta! —Dijo mi nombre levantando cada vez mas  la vos como este llegaba a su fin, se levanto lentamente mirándome fijo, lleno de odio y rabia—.

— N-n-no Papi perdón —Llore aun más imaginándome de la manera más grafica y precisa lo que estaba a punto de hacerme por la manera en que su mirada se fijo en mi con tanta lasciva, pero no podía quedarme ahí sin hacer nada, y dejar que me hiciera lo que quisiera, así que salí corriendo de la habitación y él salió tras de mí a pasos agigantados—.

— ¿Tom a dónde vas? —Su vos pretendía ser seductora y juguetona, lo que me causaba aun mas terror y me hacía correr aun mas rápido escaleras abajo, me dirigía al comedor— 

— No, Papi perdón —Tropecé y caí al suelo— ayuda —Dije entre dientes—

— Ha ha ha caperucita… el lobo feroz te alcanzo —Me levanto en sus brazos con mucha fuerza y subía las escaleras, lo patee y lo golpee, pero con nada lograba que me soltara. Me tumbó en la cama de su habitación, se subió en ella y se acercaba a mi gateando, me miraba fijamente, yo me alejaba poco a poco, pero al intentar hacerlo él me acercaba jalándome de la cintura y pegándome aun mas a él—.

— ¡¡¡No, suéltame!!! —Lo empujé del pecho sin obtener resultado—

— Shhh calla, ya vendrá tu madre y no nos dará tiempo —Puso su dedo indice en mis labios, yo lloraba sin parar, al parecer a él no le importaba y lo excitaba aun mas—

— ¡¡¡¡NO PAPÁ DÉJAME!!! —Grité tan fuerte que desgarre mi garganta, automáticamente él cubrió mi boca con su mano, intente alejar esta de mi boca, jalándola con ambas manos, pero era imposible, la arañe, enterré las uñas, lo pellizque pero nada, no me soltaba—.